"Hamburguesas: engaño al consumidor"
29.01.2013 16:44En muchas ocasiones el consumidor desea conocer más sobre un producto que adquiere en su supermercado habitual. Pero pocas veces puede obtener toda la información relacionada con la elaboración de ese producto.
Hace unos días surgió en Irlanda una alerta sobre la detección de material genético de caballo y cerdo en hamburguesas de carne de vacuno procesadas. Está claro que no es ninguna alerta alimentaria que ponga en riesgo la salud del consumidor, pero ¿sabemos realmente lo que estamos comprando y que luego vamos a comer?
Las hamburguesas envasadas que podemos encontrar en la zona de carnes refrigeradas de nuestros supermercados son una alternativa rápida, sencilla de cocinar y "asequible" para el bolsillo. Pero si valoramos tanto la calidad nutricional como la calidad de la carne, dejan mucho que desear.
SUSPENSO A LAS HAMBURGUESAS ENVASADAS
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio sobre la calidad de la carne de las hamburguesas, desde su cantidad de aditivos a aspectos nutricionales.
Tras la alerta que se produjo en Irlanda, la OCU realizo también pruebas de ADN para ver si en España las hamburguesas contenían carne de caballo. Se encontró carne de caballo en 2 de 20 hamburguesas analizadas y distribuidas en supermercados españoles. No se trata de un problema de seguridad alimentaria, pero sí un claro fraude al consumidor que compra un producto cuyos ingredientes reales no aparecen en la etiqueta y, creyendo que es un producto elaborado con carne 100% de vacuno. La OCU se ha dirigido a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), al Ministerio de Agricultura y a las Comunidades Autónomas en busca de una explicación de cómo han llegado la carne de caballo a unas hamburguesas que se comercializan sin mencionarlo en el etiquetado.
Otro aspecto negativo de las hamburguesas envasadas es respecto a la calidad nutricional. La OCU aclara que las hamburguesas están elaboradas con carne picada, producto perecedero que debe consumirse en un solo día. Por eso la mayoría de hamburguesas comercializadas contienen conservantes que alargan la vida útil del producto. Además, se comercializan los preparados de carnes, otros tipos de hamburguesas, que contienen aditivos como antioxidantes, colorantes o potenciadores del sabor. Estos últimos, a pesar de que no representan ningún riesgo para la salud, pueden enmascarar la falta de calidad de la carne.
PRESENCIA DE SULFITOS EN LAS HAMBURGUESAS
La OCU ha detectado que 16 de las 20 hamburguesas analizadas llevan sulfitos, es un aditivo cuya utilidad es inhibir el crecimiento bacteriano y mantener el color “rojo” de la carne. Hay un vacío legal con respecto este aditivo, que permiten a los fabricantes añadirlos indistintamente a sus hamburguesas y denominarlas: burguer meat. El uso de los sulfitos no es un problema. El problema surge cuando su concentración en el alimento es muy elevada, pudiendo causar vómitos, dolores abdominales y, en personas con alergia, dolores de cabeza y náuseas. Se ha detectado, que algunas hamburguesas analizadas contienen el 90% de la Ingesta Diaria Admisible (IDA) de sulfitos para un niño. Esto determina que el niño, consumidor habitual de este tipo de producto, no deberían tomar más sulfitos a lo largo de ese día ni tampoco añadir kétchup ni mostaza a esa hamburguesa.
LA CALIDAD COMERCIAL Y NUTRICIONAL DE LAS HAMBURGUESAS
Otro punto que se analiza en las hamburguesas envasadas es el contenido de grasa, el aporte calórico y la sal. La OCU destaca que la mayoría de hamburguesas supera con creces el contenido de grasa de una pieza de carne vacuno. Algunos productos llegan a un 23 y hasta un 25 %, porcentaje claramente excesivos, puesto que a mayor contenido graso, menor contenido proteínico. La media de aporte calórico encontrado es de 200 calorías por cada 100 gramos de preparados de carne, por lo que a mayor contenido de grasa y mayor tamaño de la hamburguesa, aumentan las calorías.
Respecto a la sal, la gran mayoría de las hamburguesas superan el 1%, cantidad que se puede considerar como muy elevada, si además a esa hamburguesa se le añaden otros productos como queso, jamón, beicon, etc.
Por otro lado, la OCU destaca en cuanto a la calidad comercial de la carne de los productos analizado, en general, es pobre. En algunos supermercados las hamburguesas se comercializan a precios elevados, que no corresponden con la calidad real del producto. Se utilizan para su elaboración tendones, cartílagos, etc., que unido a la gran cantidad de grasa, el uso excesivo de aditivos y la elevada concentración de sal hace que la hamburguesa deje de ser un producto apetecible.
LAS HAMBURGUESAS ANALIZADAS
En la siguiente tabla encontrarás los resultados más destacados del análisis de la OCU. De los 20 productos analizados, sólo 5 aprueban en la calidad de la carne. Y hay dos directamente no recomendables: Alipende y Eroski, que llevan carne de caballo, sin reflejarlo en su etiquetado.
Fuente: www.ocu.org
QUÉ PUEDE HACER EL CONSUMIDOR
El consumidor no corre peligro si consume carne de caballo, pero si es engañado por fabricantes y supermercados que comercializan productos, que muchas veces no cumplen los requisitos de calidad y llevan a confusión al consumidor, que en ocasiones no sabe realmente lo que está comprando.
Lo recomendable es que el consumidor exija al fabricante más trasparencía en los procesos de elaboración de los productos, mejor etiquetado, lea la información nutricional y etiquetas de los alimentos y estar debidamente informado para asegurarse de lo que se está comprando es realmente lo que se desea comprar.
Para más información: www.ocu.org
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